Se los digo, señores, con absoluta seguranza, que al sentir un olor que te gusta, aquél mismo que te haz recordar una buena cosa de tu niñez, es que una pasión te movió para que lo sentise en aquellos días.
¿Eres Barça o Madrid? Pues, la pasión te hace irse a la cancha. Gritar por tu equipo. Llorar cuando pierden o abrazar a un total desconocido cuando ganen.
¿Y la visión de una bella flor?
Pasión, pasión, pasión, señoras y señores.
A continuación, iremos a aclarar los hechos de las pasiones en las relaciones humanas.
No se olviden, señoras y señores, la pasión es cosa de hazañas, ¡no de razones!
(Al gran amigo Raphael, que no precisa de eso, pero, lo tiene ahora)
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